El 31 de octubre se llevó a cabo como cada año el evento solidario para recaudar fondos a beneficio de la Fundación Marista.
El Colegio Marista Nuestra Señora del Rosario volvió a transformarse en un verdadero escenario de encuentros, risas y abrazos compartidos. Como cada año, la tradicional Kermesse Solidaria Marista reunió a cientos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, que llegaron acompañados por sus familias, docentes, educadores y autoridades para celebrar una jornada solidaria y llena de felicidad.
La iniciativa tiene como propósito reunir fondos destinados a la Fundación Marista, con el objetivo de sostener el acompañamiento que brinda a más de 700 niños, niñas, adolescentes y jóvenes en 9 Centros Comunitarios y 2 Escuelas Maristas. Cada aporte se traduce en la posibilidad de continuar financiando y profundizando proyectos que abren oportunidades y transforman vidas.
Desde temprano, el patio del colegio se llenó de colores, música y entusiasmo. La clásica rayuela temática marcaba el inicio del recorrido: cada casillero marcaba el inicio del juego que invitaba a la acción. Mesas repletas de artesanías, pinturas y delicias caseras esperaban a quienes querían llevarse un recuerdo para el mismo fin solidario.
La feria de juegos se caracterizó por: el dominó gigante, aros que volaban en busca del premio perfecto, la pesca simbólica que atrapaba sonrisas y canchas con obstáculo de fútbol para los más chicos. En otro sector, la cocina solidaria perfumaba el aire con sabores de los tradicionales dulces.
La pastoral también tuvo su espacio: momentos de reflexión, abrazos espontáneos, palabras que recordaban la esencia marista y el sentido profundo de esta celebración.
Una de las actividades más aplaudidas fue el “baila con botellas”, un desafío colectivo que despertó creatividad y carcajadas porque el único fin de esta kermesse era colaborar con la Fundación Marista, que acompaña a niños, niñas, adolescentes y jóvenes a través de proyectos socioeducativos en distintos puntos del país.
Para los Maristas, ayudar es un modo de vivir y de pensar, una convicción profunda donde la solidaridad tiene el poder de transformar vidas a través de la educación.
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